Que levante la mano quien nunca ha dejado para última hora algo importante, dígase, trabajo para el colegio, preparar una disertación o tener una conversación difícil con alguien. Que también levante la mano quien nunca ha dicho que va a empezar la dieta el día lunes, o que este es el último cigarro, o que en el 2do semestre se ponía las pilas con el estudio. Esta curiosa manera de enfrentarse a las "obligaciones" tiene nombre: Procrastinación. Y no están solos en esto. Esta palabra es ampliamente usada por los estudiantes universitarios.
Grande es la desmotivación cuando ni siquiera somos capaces de cumplir las promesas que nos hacemos a nosotros mismos. Pero la procrastinación tiene una razón de ser. Procrastinamos las cosas que nos resultan dificiles, incómodas o desagradables
Primero que nada, no es lo mismo que “postergar” y no debemos engañarnos.No necesitamos tener el ambiente perfecto, ni el ánimo ideal ni toda la información disponible para comenzar alguna actividad pendiente.
Postergar es la acción de dejar para más adelante alguna actividad porque no están las condiciones para el momento presente: No poder entrenar por una lesión, no poder comprar algo porque nos falta dinero, no poder ver una película porque no carga el internet… NO es lo mismo,… no poder estudiar historia porque me falta un libro, no poder hacer ejercicios de matemáticas porque no tengo mi lápiz favorito, no repasar lenguaje porque tengo hambre, o no revisar el ensayo de ciencias porque estoy cansado. ¿Por qué no? Porque día a día nos demostramos que somos capaces de hacer distintas actividades sin estar 100% preparados.
¿Entonces por qué pasa tanto? Porque es verdad que es más agradable hacer cosas que nos gustan, que nos entretienen y que no requieren un gran esfuerzo o motivación. ¿El problema? Es que tampoco estamos decidiendo postergar el estudio. Nos programamos para hacer 30 ejercicios por día, y al final terminamos haciendo 3 a la semana. Tampoco se siente bien sentirse sin poder frente a la procrastinación.
Quedan menos de 17 semanas para la PSU,y a esas les tenemos que restar la semana del 18 de Septiembre. Tampoco es realista pensar que vamos a estudiar 24/7 por las siguientes 10 semanas, y la verdad es que tampoco es necesario. Parte de lo que alimenta la procrastinación son las expectativas altas: “No he estudiado a conciencia todo el año, así que ahora me pondré a estudiar todos los días”. Hágamonos promesas que podamos cumplir y que podamos superar.Otra manera de vencer la procrastinación es ponernos metas cortas: HOY, Lunes, haré ejercicios de Matemáticas. Importante que sean metas que incluyan el momento presente para que aprovechar la motivación, y también es útil no ponerse metas tan fijas, como un número mínimo de ejercicios. Con metas fijas la actividad se vuelve más pesada. Solo comienza, sin expectativas tan altas, pero con clara conciencia de que cada día queda menos tiempo, y cada día sin estudiar, aumenta la cantidad de estudio para los días que quedan.
No te sientas un expectador de tu propia vida y cumple tus propias promesas (pero no te hagas promesas imposibles).